Es ese momento en el que no tienes nada más que ganas de estar tal y como estás, sin nadie que moleste y escuchando simplemente el silencio o algo de música o TV despacito. Es cuando te sientes tan lleno de paz que piensas que vas a extrañar ese momento durante días antes de volver a repetirlo.
Tan solo imaginad y veréis. Cerrad los ojos mientras escucháis vuestra canción favorita, con un refresco helado o quizás con un café bien calentito en la mano. Los niños por ahí sin hacer ruidos o molestando, los amigos y amigas en sus cosas olvidándose por un día de uno, la familia de paseo y un par de horas de soledad por delante. ¿Quién no se va a sentir como en el cielo así?
Para mí ese momento solo puede mejorarse de una manera. Teniendo a la persona que amas al lado, compartiendo ese pequeño momento tan de uno mismo que si es además con esa persona tan importante que también te ama se complementa del todo. Estar en ese instante con quien amas y te ama, sintiéndote pleno.
Lo peor es que vives deseando un rato de estos y no te das cuenta de que lo vives hasta que ya ha pasado y te toca estar recordándolo. Recordarlos y esperarlos es lo que hacemos, pero teniendo en cuenta lo buenos que son... no me importaría estar toda la vida así si van a estar llegando y marchándose.
Este mensaje va para que reflexionéis un poco sobre ellos y aprendáis a saborearlos, pensando que la vida no es tan mala si habéis disfrutado de alguno de estos buenos momentos. Y si aún no los tuvisteis pues esperad, porque algún día, de seguro, os llegarán.
Volver al índice de Pensamientos
No hay comentarios:
Publicar un comentario